Historia
El poblamiento del concejo de Llanera se remonta ya a los tiempos prehistóricos, así lo demuestran los diferentes restos de objetos de uso cotidiano de piedra que se han encontrado, tanto en yacimientos al aire libre como en los abrigos de La Bolenga y Nora, en la zona de Tuernes.
Del Neolítico, se conoce la existencia de cuatro túmulos funerarios que caracterizan a este período de la historia de la Humanidad, como son el de Ortal, en Pruvia; el de la Cobertoria, el Silvota, perteneciente a la parroquia de Lugo de Llanera; y otros dos sin ubicación precisa en la parroquia de Villardeveyo.
Los castros también tienen su presencia en el concejo, teniéndose constancia de la existencia de cinco poblados. Éstos serían los del Cantu de San Pedro, en Castiello (Lugo de Llanera); El Cueto, en Caravies (Lugo); Pema Menende (Bonielles); Pico Cogolla (Rondiella); y la Coroña, en Les Areñes (Ferroñes).
El más importante de todos ellos es el Cantu de San Pedro, ya que en él estaría el origen de la población romana de Lucus Asturum. Aunque no es posible fijar una cronología para estos castros, se les supone una fundación relacionada con la presencia romana en la zona, lo que llevaría a fechas de fundación entre los siglos I-II de nuestra era.
Llanera, territorio formado por pequeñas elevaciones montañosas al noreste y por un amplio valle en el sureste, era una zona habitada desde la Prehistoria pro reunir unas condiciones incomparables para el asentamiento humano, tanto por su potencial riqueza agrícola, ganadera y mineram como por ser un lugar estratégico en las comunicaciones de la Asturias trasmontana al confluir allí los caminos que iban hacia el norte, hacia la costa, con los que atravesaban transversalmente la región.
Tras la invasión de los pueblos germánicos a principios del siglo V, Lucus Asturum se eligió como centro administrativo durante el breve tiempo en que ocuparon la zona. En el siglo VI, contingentes de grupos visigodos convergen en Lucus Asturum, que sería vital en su sistema de comunicación.
En Llanera, desgraciadamente se hab destruido muchos restos arqueológicos debido a su situación estratégica. En la instalación de numerosas industrias no se han tenido en cuenta la existencia de restos arqueológicos, pero nuevas prospecciones arqueológicas revelarán sin duda que, en el concejo, hubo una importante presencia humana.
Desde la época de la monarquía asturiana y a lo largo de toda la Edad Media, las tierras del concejo pasan a manos del cabildo de la Catedral de Oviedo, quien será encargado, hasta la epoca moderna, de la administración de Llanera, iniciándose su fase como dependiente. Esta dependencia, provocó las naturales tensiones que terminarían por desembocar en el episodio conocido como los perxuraos de Llanera.
En esta época, son los propios reyes los grandes propietarios del territorio de Llanera, pues le veían un alto valor estratégico para la posible defensa de la ciudad. Los monarcas crean diversas iglesias, creando así la red parroquial del concejo. Aparecen Santa María de Lugo, Santa cruz de Anduerga, San Cucufate, San Martín de Cayés, San Miguel de Villardeveyo y Santa Eulalia de Pruvia.
Ya en la Edad Moderna, el rey Felipe II, amparado en una bula papal, incorpora a la Corona numerosas posesiones eclesiásticas, entre ellas Llanera, que finalmente fue adquirido por el concejo de Oviedo, del que no se haría independiente hasta el siglo XIX, cuando se abolieron los señoríos jurisdiccionales y Posada para a ser la capital del concejo.
En la época contemporánea, llega a Llanera el fenómeno industrializador con la instalación de las fábricas de Cerámicas Guisasola (1868) y la Fábrica de Explosivos (1895), que mantuvieron su actividad hasta 1979 y 1972 respectivamente. En 1884, se inaugura la línea férrea Madrid-Gijón, motivo por el cual el rey Alfonso XII hizo una parada en la estación ferroviaria de Lugo, donde fue recibido por el alcalde y una comisión municial, a parte de los vecinos.
Durante la Revolución del 34, en Llanera se produjo el primer enfrentamiento entre mineros y las fuerzas del orden, lo que provocó la pérdida, por parte de las fuerzas revolucionarias, de los depósitos de armas y municiones escondidos en el concejo.
En los inicios de la Guerra Civil, se produjeron en la zona diferentes enfrentamientos, especialmente en los alrededores de la fábrica de Explosivos, y el aeródromo de La Morgal. Prueba de ese episodio en la historia del concejo son las 13 construcciones militares (nidos de ametralladora, baterías artilleras, refugios y puestos de observación...) que aún pueden verse por diversos puntos del concejo, en las parroquias de San Cucufate (6), Lugo (3), Pruvia (2), Santa Cruz (1) y Bonielles (1).